El rechazo y la posterior aceptación social
Por ser originario de los lugares más
pobres del Río de la Plata, por tener letras atrevidas y
hasta groseras y por tener un baile considerado atrevido, obsceno
y amoral, el tango causaba el rechazo de la alta sociedad, esta
tenía prohibido escuchar o bailar esta música, sin
embargo algunas de personas se sentían atraídas por
el tango y bajaban a los suburbios a disfrutar del tango.
También gracias a su melodía y a la recién
surgida pequeña y baja clase media, el tango logró
incursionar en escalas sociales más altas. Con esto la
música se fue complejizando y las letras fueron
refinándose, y cambiándose las letras picarescas
por una poética nueva.
Por otra parte, en Europa en general y
particularmente en Francia en el
periodo que abarca los años desde 1890 hasta 1914
aproximadamente, existía lo que se llamaba "la bella
época" (le belle époque, en francés), en el
que la gente de clase alta se distinguió por el alto
estándar de vida y el desenfreno, que los llevó a
hacer cosas fuera de los limites marcados por su clase social y
hasta al consumo de
drogas. En esa
época la ciudad francesa de París era visto en todo
el mundo como sinónimo de buen gusto y refinamiento social
y en Argentina la clase rica se vio obligada a visitar o vivir en
París para alcanzar el refinamiento, la belleza la
cultura y la
distinción deseada. Pero para sorpresa de los ricos
argentinos, los franceses que llevaban una vida social y nocturna
agitada, aceptaban el tango sin problemas en
sus mejores salones familiares y lugares sociales más
respetables, mientras que ellos lo despreciaban por ser
perteneciente a la clase baja.
Hacia 1902 había en París alrededor
de cien academias de baile que enseñaban a bailar tango
entre otros estilos de baile. Y en Buenos Aires paulatinamente
las milongas (lugares donde se juntaba la gente para bailar
tango) fueron saliendo de los barrios más pobres e
instalándose en los barrios urbanizados desde las afueras
hacia el centro.
Ya para 1912 el tango se había convertido
en una música y baile muy popular en París, y
entonces llegaron a la ciudad muchos argentinos dispuestos a ser
maestros de baile, entre los cuales estuvieron
Alfredo Gobbi, Ángel Villoldo y Enrique Saborido
quien se destacó ampliamente.
Al principio en Buenos Aires, se argumentó
que en París se aceptaba el tango porque los franceses
desconocían de que ambiente social provenía, y los
personajes que le dieron origen. Pero sin embargo gusto parisino
por el tango llamó tanto la atención de la clase alta argentina que
paseaba por la ciudad, y que en su regreso a Argentina se vieron
dispuestos a valorar de una manera más positiva al
tango.
Sin embargo existe una teoría que
desmiente parte de esta historia, diciendo que el
tango no era tan discriminado en su primera época. Sirven
como argumentos de esta teoría los hechos de que:
En el año 1902 y en los años
posteriores, el Teatro Opera
organizó bailes con tangos, y este lugar no era
precisamente de los lugares a los que concurría la gente
de los arrabales, sino que era el lugar al que generalmente iba
la gente de la clase alta. Un disco tenía un valor de entre
$2,50 y $5. El gramófono de entre $150 y $300, las
partituras de entre $1 y $3. Por ejemplo el salario de un
vigilante en esa época era de $70, lo que demuestra que
los consumidores eran de la gente pudiente, además eran
quienes tenían piano en sus casas para tocar las
partituras.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario